- 6 febrero, 2018

MONITOR INMOBILIARIO «Editorial Diciembre 2017»

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Fuente: Ing. Javier Tapia / Director Ejecutivo Previsión Legal

Inicia un nuevo año y en estos primeros días los mexicanos nos enviamos buenos deseos.

Y es que el 2017 fue un año que nos trajo desastres naturales y un Presidente estadounidense que encarna los viejos estilos de racismo e intolerancia.

¿Cómo iniciamos pues este año?

Veamos algunos hechos, números y perspectivas.

En cuanto a la inflación, cerramos el mes de diciembre con una cifra anual del 6.73 por ciento, el número más alto en 17 años, empujado principalmente por la gasolina, el gas LP y algunos productos agrícolas. “Mágicamente” la inflación en enero bajará por meros principios

aritméticos, pues comparará el INPC de enero del 2017 contra enero de este año y recordemos que para aquél mes ya había ocurrido el “gasolinazo”. La expectativa de Banxico es que durante estos próximos meses la inflación se acerque gradualmente al 4 por ciento. Algunos analistas consideran que eso ocurrirá apenas por ahí de diciembre.

Con respecto a la tasa de referencia de Banxico, estamos iniciando este 2018 con un 7.25 por ciento. Lo más seguro es que tanto por los posibles incrementos que maneje la Reserva Federal Estadounidense (la FED), como por propia política monetaria mexicana para controlar la inflación y la salida de capitales, Banxico tenga que hacer al menos dos incrementos más durante el año. Esto traerá consigo incrementos en el precio del crédito, y con ello veremos más endurecimientos en los temas hipotecarios.

La economía estadounidense ha reaccionado favorablemente en el corto plazo a las políticas proteccionistas de su Presidente y sobre todo, con la disminución de la carga fiscal corporativa, las expectativas de incremento en el flujo de capitales hacia allá seguirán detonando un incremento generalizado en el precio del dólar y mejores cifras de empleo. Esto traerá una presión adicional al valor de nuestra moneda y a la tasa de interés de Banxico.

En este mismo ámbito internacional, hay que hablar del TLCAN. En estos días comienza la octava ronda de negociaciones, que seguramente se prolongarán hasta el mes de abril.
A menos que se dé un berrinchudo manotazo sobre la mesa por parte del Presidente estadounidense, pareciera que el tratado continúa, pues nuestros vecinos han reconocido que la región de América del Norte sí representa un polo económico y comercial estratégico para hacer frente a grandes grupos en otras partes del mundo; y también han tenido que reconocer que gran parte de la economía de varios estados de la Unión Americana depende en buena medida de su comercio con México y Canadá. Nuestros negociadores además, han sabido utilizar las cartas fuertes que tenemos: los temas de seguridad y de energía.

En cuanto a nuestro ambiente político, este año será el parteaguas en la vida electoral en México, pues como nunca antes, la izquierda tiene posibilidades reales de ganar, siempre y cuando la derecha no se una o el voto útil no sea suficiente. Si bien es más probable que este último factor empuje más a la derecha, no todo está escrito y esto no se acaba hasta que los votos entren en las urnas. Entre tanto esa fecha llega, es probable que muchas decisiones
de inversión, tanto familiares, como empresariales (grandes y pequeñas) se detengan hasta ver el desenlace real de las campañas. Con ello (aunado al encarecimiento del crédito y a la política fiscal estadounidense), el primer semestre del año será de escasez de inversión y muy probablemente veremos a nuestro sector desacelerarse.

Ahora, si bien, todos los puntos anteriores nos dejan tal vez un sabor amargo en la boca o al menos un grado de incertidumbre, hay un tema que no hemos tocado: Guillermo del Toro lo expresó muy atinadamente durante la conferencia de prensa que dio después de haber ganado un Globo de Oro. Un reportero le preguntó que por qué era tan sensible y alegre y su respuesta fué: “Soy mexicano”.

Y sí… somos mexicanos. Somos fuertes, trabajadores, solidarios, sensibles. Y lo somos en las buenas y en las malas. Este año será de retos y tenemos que sacar lo mejor de nosotros. Tú y yo tendremos que ser el mejor mexicano y la mejor mexicana. Y así el 2018 será nuestro.


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